ISBN:
978-84-15398-76-9
T 15 / 12 € / 88 págs.
Los
poemas de Valerie Mejer hablan de la gran salvedad de la poesía; al
recoger simbólicamente los restos de su hermano muerto, Cuaderno
de Edimburgo
nos muestra el hermano muerto que nosotros somos al mismo tiempo que
dibuja las palabras de un posible renacimiento. Muertos de nosotros
mismos, suicidas de nosotros mismos, vislumbramos entonces que la
gran poesía es siempre un acto de restitución de aquella parte de
nosotros que hemos asesinado. Hijos de un dios sangriento al que la
pereza y el hastío han llamado historia, sociedad, cultura, esos
pedazos de vida que aún nos restan recorren las líneas de este
libro, su impresionante ternura, su amor, la dulzura de su llamado,
en
el desierto amor mío, para
intentar reconstruir junto a ellos algo inmenso e inexplicable que
estaba, que una vez estuvo y que ya no está.
Es, por ahora, eso. Por ahora sólo me resta decir frente a esta conmovedora cumbre de la poesía: lean, lean, lean este libro, que algo muy profundo de la humanidad desaparece si no leen este libro, que esa humanidad que desaparece al no leer estos poemas es exactamente aquella que nos hace más solidarios, más justos, más considerados los unos de los otros, más respetuosos de las infinitas muertes que nos arrojaron a la vida.
Es, por ahora, eso. Por ahora sólo me resta decir frente a esta conmovedora cumbre de la poesía: lean, lean, lean este libro, que algo muy profundo de la humanidad desaparece si no leen este libro, que esa humanidad que desaparece al no leer estos poemas es exactamente aquella que nos hace más solidarios, más justos, más considerados los unos de los otros, más respetuosos de las infinitas muertes que nos arrojaron a la vida.
Raúl
Zurita
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