domingo, 30 de mayo de 2010

Lectura de Andrés Fisher en la Fundación Hierro de Getafe

El lunes 7 de junio a las 20:00 Andrés Fisher lee en la Fundación José Hierro de Getafe con la ocasión de la publicación de su poesía reunida en Series.

C/ José Hierro, 7
Getafe, Madrid

lunes, 24 de mayo de 2010

Lectura Transatlántica - Librería Primado y El Dorado, Valencia - 04/06/10

Viernes 4 de junio de 2010, 19:30

Presentación de los libros:
Series, poesía reunida, de Andrés Fisher (Chile)
Libreto para Eros de Forrest Gander (Estados Unidos)
Amaranth precedido de Amastris de Roger Santiváñez (Perú)
Publicados en la Colección Transatlántica de Ediciones Amargord.

Los acompañarán Benito del Pliego y Víctor Gómez Ferrer.

Librería Primado
Avda Primado Reig 102
Valencia
http://libreriaprimado.blogspot.com/

Luego, a las 23 hs en El Dorado MAE (calle Alzira, 25) Jam Transatlántica con los cinco poetas y Laura Giordani, Arturo Borra, Pablo Camús, Sebastián Vitola, Aldo Alcota y Gonzalo Lagos.

http://eldoradomae.blogspot.com/

Más información en el blog de Arturo Borra:
http://arturoborra.blogspot.com/2010/05/lecturas-poeticas-en-valencia-coleccion.html

Foto Gander: Joao Rasteiro.

domingo, 23 de mayo de 2010

Lectura Transatlántica - Casa de América - Lunes 31 /05/10

Ciclo La Estafeta del Viento
Lunes 31 de mayo de 2010, 19:30

Andrés Fisher (Chile)
Forrest Gander (Estados Unidos)
Roger Santiváñez (Perú)

Presentan Marcos Canteli y Juan Soros.

El Ciclo La Estafeta del Viento ha invitado a estos poetas a leer en Casa de América con motivo de la reciente publicación de sus libros en la Colección Transatlántica de Ediciones Amargord.
http://www.casamerica.es/casa-de-america-madrid/agenda/literatura/la-estafeta-del-viento2/lectura-de-poemas-transatlantica

Foto Gander: Joao Rasteiro.

Transatlántica en Zaragoza

El día viernes 28 de mayo, a las 8 de la tarde, se presenta el libro de Roger Santiváñez Amaranth precedido de Amastris en la librería Antígona, Pedro Cerbuna, 25. Estará acompañado por el poeta turolense Juan Antonio Tello y por el poeta chileno Eduardo Fariña.

El día sábado 29 de mayo a las 12:15, Andrés Fisher participa una mesa redonda en torno a poesía chilena en la Carpa de la Feria del Libro de Zaragoza.

T7 - Arturo Carrera - Potlatch

Potlatch / Arturo Carrera
Prefacio de Edgardo Dobry
Ediciones Amargord, Madrid, 2010
ISBN 978-84-92560-35-6


TÍTERE DE LA MONEDA

Pringles, 4 de enero de 2004.
Viene un chico a la puerta y grita desde afuera:
“Señor, ¿tiene una monedita?”
Abro la mirilla grande de la puerta negra,
le digo entre los relieves oscuros: “¡Sí; ya
vuelvo!” Y voy hasta la caja donde guardo
los títeres de guante; me calzo uno y
lo llevo hasta la mirilla, ahora Boca del Teatrino:


“–¿Síiiiiiiiiiiii? –y el chiquito se ríe.

Y el títere de la moneda le da la moneda.
¡Por suerte no soy yo!
El títere de la moneda le da la bienvenida a mi puerta.
¡Por suerte no soy yo!
El títere le dice que todos los remordimientos
son esa monedita trucha que le da.
Que todo el dinero del mundo
es su mentira que le entrega.
Que toda la falsedad de la Tierra cabe
en nuestro dolor, en la mísera alegría
de ese instante sin rencor: “¡Gracias, Señor,
hasta mañana!”


Potlatch: Un lujo imprescindible, al mismo tiempo sutil y voluptuoso. Pero no como contenido ilustrado en la escritura sino como movimiento en que el poema alcanza su posición única, en la fijeza de su siempre estimulante problematización artística. El oído de Carrera busca entre los murmullos el verdadero hilo por donde remonta la espiral de su voz; dijo Valèry: “no hay que ser clásico; hay que convertirse en clásico”. Sólo se perdura en el riesgo de lo nuevo: es la dirección en que Potlatch se inscribe.
Edgardo Dobry

En la escritura de Carrera luchan el carácter personal del sentimiento con la tendencia socializadora del lenguaje, luchan 'de la boca para afuera, sobre los labios como minúsculas espadas'. Y esta batalla es la seña más singular de este poeta originalísimo que, con ella, devuelve el poema a su valor de gestión íntima y distinta sin duda a todas las otras y que hace de esa tarea diferenciadora el sentido último del hecho poético.
Esperanza López Parada

Potlatch no solamente es un poemario sino también una novela o un ensayo sobre el dinero. Habría que tomarse el trabajo de subrayar en qué páginas hay una elaborada y aguda teoría sobre el dinero y cómo afecta a las comunicaciones interpersonales. Para viejitos como yo, además, es conmovedor porque nos remueve el recuerdo de nuestras infancias, en las que vivimos esa especie de época dorada del ahorro y el chanchito.
Rodolfo Fogwill

Una poesía de preguntas y respuestas, pero unas y otras en distintas orillas del torrente de la experiencia, nunca enfrentadas, con puentes caprichosos que sólo sirven para la pesca, o las zambullidas, no para pasar de un lado al otro. Las preguntas en la poesía de Carrera nunca se responden con un “sí” o un “no” porque esos trajinados monosílabos quedan debajo del impávido avance de la felicidad.
César Aira

T6 - Forrest Gander - Libreto para Eros

Libreto para Eros / Forrest Gander
Edición bilingüe
Traducción y prólogo de Valerie Mejer
Ediciones Amargord, Madrid, 2010
ISBN 978-84-92560-34-9


Para C

Dentro, dentro del regreso, dentro, el héroe se disminuye.
Ellos colocan un velo en la nave de ella y cuando es alzado
el nombre de la nave se ha perdido. Considera la
oscuridad del agua que no tiene olor y que tampoco puede tragar.
Aún así la proa se extiende sobre el proscenio como un caballo
en una valla y la orquesta se levanta y sale en fila.
En el largo camino a casa, añoro ver tu rostro.

www.forrestgander.com

Forrest Gander es un poeta sureño relativamente raro, un escritor incansablemente experimental. Estén preparados para dejarse llevar. La poesía de Gander es una extraña mezcla de acre detalle físico, trozos de geología y evolucionismo, imágenes curiosamente eróticas, y fragmentos de descripción casi surrealistamente exactos: es un poeta moviéndose a través de las palabras, a través del tiempo, de una forma que es tan precisa como alucinatoria.

Robert Hass

Uno de los más originales y fascinantes libros de poesía que he visto en mucho tiempo. A medida que su extraño formato de bitácora de viaje se revela, comienza a parecer la realización del presentimiento de Gander de que ‘el lenguaje que se te escapa en un país te persigue en otro’.
John Ashbery

Forrest Gander es excepcional en la sutileza de su percepción y propuestas, un gran ‘lector’ de otras culturas y un poeta de múltiples recursos.
Robert Creeley

Potente, alucinante, demoledoramente profundo, Forrest Gander se cuenta entre los poetas más extraordinarios de la poesía norteamericana y de la poesía de nuestro tiempo. De una intensidad lírica única, esta obra es un devastado y doloroso viaje en el cual se van iluminando las conexiones que hilvanan los escenarios a menudo arrasados de nuestra vida, con una extraña forma de eternidad donde el temblor de un cosmos implacable y omnipresente pareciera estar escrutándonos detrás de las ventanas. Magistralmente traducidos por otra poeta relevante, la mexicana Valerie Mejer, Libreto para Eros, nos hace ver que una de las condiciones más desoladoras de lo que somos, ahora, en este comienzo de milenio, no es la incapacidad de amar sino la incapacidad de decirlo. No morimos de amor sino de silencio, y los desesperados y frágiles seres que comparecen en los poemas de Forrest Gander nos están mostrando la humanidad entera.
Raúl Zurita

Tal como sucede en los mejores dibujos, la composición depende más de cómo se usa el espacio en blanco. Gander ha escuchado este vacío y lo ha dejado para que sea ahí donde su poesía resuene en el lector, para que sea en él donde la vida se fugue mientras es representada y donde con esa inevitable melancolía se monte su vibrante antiespectáculo.
Valerie Mejer

T5 - Roger Santiváñez - Amaranth precedido de Amastris

Amaranth precedido de Amastris / Roger Santiváñez
Prólogo de Andrés Fisher
Ediciones Amargord, Madrid, 2010
ISBN 978-84-92560-33-2

AMARANTH NYZ

1.

Viaje mar incomprendido ade
Mán de la garza salpicada por
Doquiera quiso apropiarse de

xxxxxxxxxLa rosa

En la lejana espalda de su amor
Remoto reino equiparado a un
Corazón vuelve mar con brisa
Salerosa transparenta fluído mag
Nético noble dominio callado en
El desierto sechurano expresa
Nítido fantasma no hay ninguna
Sobradera o ladrido ‘e perro-lobo
En la distancia sólo tu fragancia
Sutil salina me repone el ama
Dor callejero extraviado en lan
Das cinerarias o dormita el ere
Mita coronado su placer de

xxxxxxxxInsana flor

Leyendo una lengua poética extraña y familiar: “la calor”, “onde”, decían aquí las abuelas, y “pajarines”, que es allá palabra de padre. Así se responden las palabras, palabras rizan ondas musicales. Diminutivos y maldiciones (y la Realidad con mayúsculas). Así: dar nombre es invocar con furia y alegría, iguales, hacia delante. Y el puro ahí: leo el signo “&” (sello y clave), me niego a leer “y”, oigo más palabras que no sé decir: “Nadie toca la canción sólo yo & la memoria”. Así dice su canción un Conde Arnaldos, hermético y melancólico, desde su torre abolida.
Entonces, ¿es posible “la nieve ardida”? Sí, en una “Jerga líquida espumosa huyendo instantánea”, y también el “Vivo silencio sumido vuelo ardido”. Agua y fuego en la lengua del poeta gramático y chamán: “Todavía cardenales & petirrojos vario / Pintos acuden al llamado de la llama / inalcanzable en su calmada cumbre”.
Telegrafía del canto, sus pulsos. Y en lo hondo, los saberes: “Hay una flor melancólica cuyo nombre / ignoramos…” .
Con el diccionario a mano, cassete incluida: grabo la música del sicuri, del quien tañe un sicu para llamar a las ninfas, “calatitas”, “acholadas” (¿son posibles aún las ninfas?). En el remanso de un enclítico la clave de lo oído, la telegrafía interrupta -palabras liberadas a su vuelo- no pone esclusa en lo fluyente. En las riberas del Cooper, del Piura, del Porma mío (de ribera a ribera más ninfas coleantes), por encima y por debajo del mar, qué músicas de valsecito en roqueros, qué bailes enredados, jugosos y libres. Y la electricidad ácida de Hendrix.
(Declaración sobrevenida: Quiero a los ingrávidos poetas del Perú: Vallejo, Westphalen, Eielson, Oquendo… ).
Al leer a Roger Santiváñez, qué extraño, oigo lo más próximo y querido de mi generación, él allá, nosotros aquí. Reconozco y agradezco.
(Con ganas de cantar a dos voces: qué soledades qué gorgorín trinando piando ahí qué lezamín le responde anidando en la bárbara barbuda maleza ezra pound).
Ildefonso Rodríguez

La poesía de Roger Santiváñez se despliega entonces, en estos dos libros, en todo el esplendor de su hibridez. En la potencia (im)pura que la lleva a inquietar el lenguaje en una dirección muy elaborada y particular. Que se apresta a iniciar su diálogo con quienes en España parecen sus interlocutores naturales; aquellos poetas instalados en los discursos críticos que en vez del aquietamiento del lenguaje que ha pretendido ser canónico, comparten con Santiváñez el interés por su agitación. Bacán.
Andrés Fisher

T4 - Andrés Fisher - Series, poesía reunida

Series, poesía reunida / Andrés Fisher
Prólogo de Benito del Pliego
Ediciones Amargord, Madrid, 2010
ISBN 978-84-92560-32-5

VARIACIONES Y ANOTACIONES SOBRE LA ARAUCANA, DE ALONSO DE ERCILLA

i.
Treinta años sustentando su opinión, señor, sin caérseles jamás las armas de las manos.

ii.
No defendiendo grandes ciudades ni riquezas, si no antes quemando sus casas y hacienda para que no disfrute de ellas el enemigo.

iii.
Así los araucanos, señor, permaneciendo firmes en su propósito y entereza, riegan con su sangre y con la nuestra los ásperos terrones de sus campos pedregosos.


Con este libro, Andrés Fisher se erige como uno de los poetas más remarcables, únicos y definitivos de un tiempo violento y oscuro, el nuestro, que se jacta de haber expulsado por segunda vez a los poetas. La escritura que aquí se despliega, los paisajes que revela, la singularísima trama de sus afectividades, su apasionada exactitud, nos muestra que esa expulsión ha fracasado.
Raúl Zurita

Un libro mayor, un texto de máxima resonancia poética, una vuelta de tuerca asombrosamente inteligente al desafío de la modernidad. Todo está en su sitio, aclimatado a sus propias leyes discursivas, en relación armónica con la exactitud dialéctica de la conciencia que multiplica la dualidad y su correspondencia dinamizadora con las imaginaciones del porvenir. Una asamblea impura de voces, transmigraciones, relecturas que iluminan las zonas ocultas generadoras del discurso, y con las que Andrés Fisher articula su profundidad de búsqueda, estableciendo una autonomía crítica y activa, frente a la prohibición retórica del pensamiento en referencia.
Juan Carlos Mestre

Esta escritura refunda los espacios conocidos. El poema obra desde la intención de un ver propio y consigue trasmitir lo que por condicionamientos culturales e históricos otros lenguajes ya no consiguen. Su escritura tiene la capacidad de descubrirnos “Esa otra cosa de naturaleza extraña que aparece al mismo tiempo que las cosas familiares”. Así lo dice René Magritte. Freud lo llamaría unheimlich. El poeta se refiere a ello con las palabras misterio o maravilla. Una maravilla que nos enfrenta a un viaje para el que no hace falta ir lejos. Basta con persistir. Quince años no son nada.

Benito del Pliego

Sobre Potlatch

Hemos seleccionado algunas notas críticas de la primera edición, en Argentina, de Potlatch de Arturo Carrera.

La plata también puede ser un objeto poético

- Rodolfo Fogwill, escritor y poeta: “Potlatch no solamente es un poemario sino también una novela o un ensayo sobre el dinero. Habría que tomarse el trabajo de subrayar en qué páginas hay una elaborada y aguda teoría sobre el dinero y cómo afecta a las comunicaciones interpersonales. Para viejitos como yo, además, es conmovedor porque nos remueve el recuerdo de nuestras infancias, en las que vivimos esa especie de época dorada del ahorro y el chanchito. Es un gran libro, que forma una novela con El vespertillo de las parcas, que tiene mucho que ver con Arturo Carrera, el poeta de, lo que para mí es su mejor libro de versos, Animaciones suspendidas, que pocos recuerdan. Es curioso que al público le causara gracia escuchar la palabra sorete, cuando Carrera estaba contando la tragedia inexorable de una familia”.

- Graciela Speranza, escritora, crítica y docente universitaria: “Potlatch es un inspirado derroche de recuerdos de infancia. Que en la Argentina de hoy, su Magdalena de Marcel Proust sea el dinero habla de la sutileza de la poesía de Arturo Carrera. Junto con El tilo de César Aira, un libro ‘hermano’ en más de un sentido, recupera a su modo la libertad y la gracia que Manuel Puig trajo a la literatura argentina”.

- Fernanda Laguna, poeta: “Leo los poemas de Arturo Carrera con música de fondo de Los Mirlos del Perú: ‘Bailar de lejos no es bailar’. Leo por momentos sin entender lo que significan las letras que pasan delante de mis ojos, pero me conecto con un ambiente de patio familiar y escucho las preguntas de un niño que se cuestiona cosas grandes”.

- Anahí Mallol, poeta y traductora: “Arturo tiene una poética muy particular. En Potlatch queda claro que lo relacionado con la vida íntima es llevado por el poeta al plano de lo político, para demostrar cómo las relaciones familiares están tramadas con la historia política y económica del país. En estos poemas, las anécdotas circulan como circulan los billetes y las monedas: así como existen copias y falsificaciones de monedas truchas que usamos cotidianamente, también las anécdotas forman una multiplicidad de voces, pero ninguna es la Verdad. La subjetividad de ese niño, tironeado por su abuela peronista y antiperonista en una de las poesías más autobiográficas, Casa Nervi, se forma con el eco de esas voces. Como sucede con el dinero, no hay un sentido único ni valedero para todo”.

* * *


Poesía y vida
El día de un poeta

Arturo Carrera ha publicado dos nuevos libros, Carpe Diem y Potlatch (anticipado hace pocas semanas por Radarlibros). Separadamente, cada uno de ellos enriquece la literatura argentina contemporánea. Considerados en conjunto, constituyen un acontecimiento.

por Ariel Schettini - Radar libros (Página/12)

Es notable cómo Arturo Carrera pasa de un libro al otro dándonos la oportunidad de mirar en la vida de un poeta como si ésta fuera un diagrama de flujo. En sus primeras obras (Escrito con un nictógrafo, La partera canta) era un poeta del espacio, del cosmos, y del poema como tela de un pintor que podía “hacer ver” la poesía sobre la página. Ahora es más bien un narrador, un novelista del tiempo mínimo. Entre el pintor y el novelista, Carrera fue astrónomo, meteorólogo en La banda oscura de Alejandro, entomólogo en el descubrimiento de la “poesía de los grillos” y maestro de kindergarten en Children’s Corner. Algunos rasgos de su obra, de todos modos, persisten.
La obsesión por la dinámica familiar y sus intercambios genéticos, afectuosos y económicos es una de las constantes desde Arturo y yo. La necesidad de nombrar a la poesía como el lugar de conocimiento y comprensión del mundo por excelencia es otro de los distintivos que aparece de modo insistente. Pero es sobre todo un ritmo que está entre la tersura ideal del verso clásico, la palabra inesperadamente coloquial, y el modo persistentemente vanguardista de su escritura lo que lo vuelve inconfundible, absolutamente personal y cada vez más importante y necesario. No es casual que su obra sea la referencia de casi todos los poetas jóvenes y que adquiera, sobre ellos, el peso de una “influencia”.
En este último tiempo salieron dos libros de Arturo Carrera: Carpe Diem (El Fulgor/Poesía), publicado en México y Potlatch, en Argentina. Carpe Diem es una colección de poemas -.todos titulados “Carpe Diem”– que recrean el significado verdadero de la figura poética: narrar el transcurso de un día vivido como una experiencia estética. De allí que sea posible que la experiencia de ver un cuadro de Corot pueda ser asimilada a la de ver un arco iris. El Carpe Diem obliga a vivir el día en cada uno de sus detalles porque la vida no es sucesión sino construcción infinitesimal de cada instante. Decir que se trata de un libro de detalles sería asignarle un mundo (una obra general) a la vida, que los textos de Carrera nunca afirman ni niegan. En el posfacio, escrito por César Aira, se lee: “Las preguntas en la poesía de Carrera nunca se responden con un ‘sí’ o con un ‘no’. Es como si hubiera descubierto que la afirmación y la negación no hacen más que complicar las cosas”.
Potlatch vuelve sobre un tema recurrente de la obra de Carrera: la infancia, los niños que nunca aparecen infantilizados ni artificialmente ennoblecidos. Muy por el contrario, son los niños de la avaricia salvaje, el pecado y el miedo. La palabra del título nombra (de acuerdo con la antropología de Mauss y Bataille) la acción ritualizada y tribal del gasto y de la entrega gratuita. En el universo de Arturo Carrera sirve para reunir todas las acciones que anudan los lazos familiares mediante el dinero.
Familia y dinero son las palabras que asocian los poemas en los que aparece la memoria puntual, nítida y cándida del poeta, que recuerda la relación entre la ostia de la comunión y las funciones digestivas que sobrevienen al comer “el cuerpo del otro”, como en una tribu salvaje.
El libro es una colección de figuras del dinero en la que también aparece el Río de la Plata como el espacio de la muerte, el terror y el “gasto inútil” de los cuerpos que se tragó el río. Pero también el libro es una construcción estética de la moneda que elabora desde una perspectiva “poética” el fetichismo de la mercancía marxista representado en el “asco” que provoca el billete o la moneda: dos objetos colmados de esteticismo en sus retratos, paisajes, viñetas y enseñanzas.
Muchos de los poemas rememoran el tiempo infantil del ahorro y de la codicia infantil que fortalece el espíritu de los niños en el ahorro y sus instituciones: la Caja de Ahorro, la colección de estampillas y figuritas.Todo un mundo de la vida cotidiana que une el paraíso perdido de la abundancia material al tiempo perdido de la pobreza y de la memoria. El dinero en ese mundo familiar es también un ritmo que cuenta el tiempo, lo escande y le da un sentido.
Por otra parte, el libro es un recorrido por los lugares de cruce entre infancia, familia y creación de capital infantil: los momentos de la infancia en los que se acrecienta el capital y se invierte en un improbable futuro. Papá Noel, Los Reyes Magos, El Ratón Pérez, Los ñoquis del 29, el vuelto del kiosco.
Es como si el poeta se preguntara por esos lugares en los que el dinero parece que se uniera a la magia y al punto más álgido del egoísmo humano. Arturo Carrera nos guía por esa “época dorada” para mostrarnos que detrás del oro de la memoria se agazapa el vil metal y los lazos perversos que construye la infancia. Es el tiempo del origen de la creencia, de la credulidad y finalmente del escepticismo y de la desilusión.
En el poema “Títere de la moneda”, Arturo Carrera condensa, como lo hace con cualquier objeto sobre el que pone la mirada, toda la estética del libro Potlatch y de una generación de escritores argentinos con los que su obra vive en constante diálogo: Aira, Lamborghini, etc...
Un niño llama a la casa para mendigar y el poeta le presenta la moneda enguantado en un títere benéfico: le da al mismo tiempo la moneda que pedía y algo más, una sonrisa. Pero el acto es del todo egoísta, dice el poeta: “Por suerte no soy yo”. El azar lo coloca en el lugar en el que tiene que organizar una representación para dominar la culpa, pero también es una imagen mínima de todo acto caritativo: la construcción de un personaje de “bondad” y, al mismo tiempo, es una evasión de la responsabilidad que infantiliza la acción, la quita de contexto y la vuelve pueril. Ahora la Argentina, en ese instante, es el país de la representación y ese intercambio único es la regla y la ley para todo intercambio posible. En ese “instante sin rencor”, Arturo Carrera nos dice en qué medida su obra piensa en pequeñas situaciones todo el universo y hasta qué punto esa reflexión es compleja. La dinámica de las clases enfrentadas no es sólo salvada por la moneda (otra representación) sino, mucho más importante, superada porque los personajes pueden construir un teatro “cómodo” para ellos: un títere y su público, un mundo de “amor sin culpa ni reproche”.
No se trata de que el instante sea una fragmentación de la complejidad, para volverla comprensible, sino todo lo contrario: es la mirada poética la que vuelve cada intervalo un crisol de actitudes, gestos y acciones que permiten entender, finalmente, el paisaje general.
Carpe Diem y Potlatch son dos libros únicos. No sólo porque se tratan de la invitación a recorren un nuevo momento en la obra de Arturo Carrera, algo siempre significativo para quien se interese por el lugar de la poesía en la literatura argentina. Son también dos libros en los que se puede indagar el valor de un día, pero también averiguar mediante la poesía acerca de eso que no tiene precio: la vida.

* * *
El don de la extrañeza
Florencia Abbate
- TXT

Si un poeta viniera a decirnos: Quiero escribir un poemario sobre un tema antipoético por excelencia, el dinero, pero quiero además hablar de un tema por excelencia poético, la infancia, y quiero también que se reflejen los años de Perón, y quiero citarlo a Martínez Estrada, pero además a Shakespeare, y quiero usar tonos bien distintos –unos exquisitos y otros vulgares, unos de niño candoroso y enfático y otros de hombre cansado y reflexivo). Casi todos tenderíamos a desconfiar del resultado. Mas si se trata de Arturo Carrera, hay que confiar. No otra que ésa es la rara y atrevida labor que lleva a cabo en Potlatch, un libro que con la excusa de explorar el lugar del dinero en la infancia del poeta, envuelve al lector en un mundo inquietante que induce a considerar la vida en toda su extrañeza. Y qué hay más extraño que las sensaciones que a cada momento tenemos, y que son el principal objeto de investigación de la obra de Carrera, y que probablemente hayan sido todavía más vívidas, más desnudas, cuando éramos niños. En una página del libro, Carrera reproduce o inventa -qué más da- una carta de su hija: “y a mi mamá traele bestidos uno de verano y otro de himbierno y a mi ermano fermin traele un auto agrande a control y a mi tia traele sapatos de charol y a mi abuela traele unas chinelas blancas y a mi abuelo traele un calsonsillo-ana”. En otra cuenta: “Entonces yo lo ponía en una servilleta de papel, bien envueltito, porque me habían dicho que el diente no podía ir a cualquier lugar, que iba a lugares mágicos y que después el ratón con todos los dientes que juntaba se iba construyendo un castillo de la puta madre”. Carrera es un experto en el eclecticismo, la fragmentariedad, los contrastes, el montaje. Por eso a su poesía puede ingresar cualquier cosa, lo más banal, lo más antipoético, sin que pierda jamás esa lírica sutil e inconfundible, bella y caprichosa, que da forma a su estilo. De ahí que en algunos de los mejores poemas del libro (“Cuarta moneda”, “Otra moneda”, “Visible/Invisible”) tengamos la sensación inexplicable de que el secreto por el cual el poeta se ha vuelto cada vez más maduro en su arte, coincide con su capacidad para desarrollar el asombro del niño: “¿Cuántas veces necesitamos que nos digan / que la belleza es la arena movediza / de la certidumbre?”.
* * *

El oro de la infancia - POTLATCH por Arturo Carrera
Jorge Monteleone - La Nación - Argentina

A fines de 2003, Arturo Carrera publicó en México Carpe diem (filodecaballos editores/ ICOCULT) con un "Epílogo-haiku" de César Aira. Los apuntes mínimos -un día de pesca con el hijo, la acuarela de un arco iris de Klee, fugaces escenas en ciudades de Italia- se exaltan en la busca del poema por hallar el atajo para atrapar el instante vivido, como una flor arrancada al paso. A ese libro de alta concentración lírica siguió Potlatch, expansivo y digresivo hasta el resguardado tesoro de la infancia personal.

La extraordinaria realización poética del último libro de Carrera no es menos fascinante que el proyecto teórico que la sostiene. El estudio del potlatch proviene de un trabajo sociológico de Marcel Mauss sobre el intercambio económico en las sociedades arcaicas, llamado "Ensayo sobre el don" (1924). Reflexiona sobre un tipo de intercambio que, a diferencia de la economía capitalista -basada en la producción, la acumulación y el consumo-, se asienta en la donación, el derroche y el obsequio. Ese sistema de prestación colectivo, nunca individual, consiste en la obligación de darse obsequios entre clanes o familias, que también deben ser recibidos obligatoriamente. El potlatch es una de sus manifestaciones extremas: los donantes y donatarios se desafían entre sí con regalos cada vez más suntuosos, donde la rivalidad no se manifiesta en el privar al otro de una riqueza, sino en otorgársela. El ensayo de Mauss inspiró el libro de Georges Bataille La parte maldita (1949), donde se lee una "Teoría del potlatch". Bataille sostiene que la verdadera razón de ser de las sociedades humanas no es producir ni acumular, sino el derroche y el gasto improductivo, la periódica dilapidación de la riqueza. Esa tendencia, revelada oscuramente en el potlatch, reside en el corazón de la economía: en ella también se manifiestaría la inclinación del hombre hacia lo sagrado mediante acciones soberanas y sacrificiales, como la incesante donación. "El potlatch -escribió Bataille- permite percibir un lazo entre las conductas religiosas y las de la economía."

En el prólogo a su libro, Carrera retoma las nociones de Bataille, mientras repone la poesía en el lugar de ese vínculo con lo económico. Pero hace algo más: reconoce implícitamente el "valor" del intercambio lingüístico, percibe en la poesía el "oro" de la lengua, el "oro del sentido" como un donar constante del poema. El deslizamiento semántico hacia el dinero, como materia simbólica para la imaginación y, a la vez, hacia la infancia como esa "edad de oro" de la que hablaba Novalis, reúne en este libro monedas y poemas: la intimidad de la niñez y la exterioridad del dinero cruzados en el potlatch, como una especie de lógica poética. ¿Acaso no es también la poesía -se pregunta Carrera -"un puro potlatch con formas, con palabras que vuelven a cruzarse en un umbral tan frágil como el sueño, como el balbuceo, como el tintineo oído de unas monedas raras que sostiene un niño?"

Potlatch no sólo es una continuación de los libros anteriores, El vespertillo de las parcas (1997) y Tratado de las sensaciones (2002). También es un lejanísimo eco de aquel libro que Carrera publicó cuando acuñaba las doraduras del signo neobarroco: Oro, de 1975 (que podría vincularse vertiginosamente con las cinceladuras de oro del vocablo modernista, desde Las montañas del oro a El dorador, de Lugones). Potlatch alude al libro de 1975 en el nombre de la primera sección de este nuevo libro, "Oro", y en algunos poemas, como si fuesen la continuación y la revisión de aquellos versos que decían: "El escriba escribía/ cosa preciosa es mi vida/ yo soy un poeta/ de oro es el tesoro". La vida reside aquí en el escenario autobiográfico de la infancia: la ciudad en la que nació el poeta, Pringles, provincia de Buenos Aires, en la década del cincuenta, durante el peronismo (y con ello este libro merece ser leído en la perspectiva de una narración coetánea: El tilo, de César Aira). El motivo de Potlatch -en sus transacciones reales y también metafóricas- es el dinero, pero en uno de los avatares que podríamos llamar, sin mayor exageración, más fantásticos: la moneda argentina. En las seis secciones del volumen hay dos registros básicos: uno es el más habitual de los poemas de Carrera, esas breves constelaciones de versos como intermitencias en la página: registro de sensaciones, de recuerdos, de pensar veloz sobre las cosas, donde el lirismo se une a ráfagas de relato. El otro se halla al final de cada sección: un texto llamado "Data", escrito en un tono oral francamente narrativo, donde una o dos voces cuentan episodios infantiles, con una inocencia que suele volverse desopilante.

Las cadenas asociativas que acumula el cruce de dinero e infancia en los poemas son vastas, y la sensibilidad cuantiosa y el rico humor de Carrera jamás las desperdician. Entre muchas alusiones, se hallan referencias documentales a las monedas y billetes de la Nación, como hitos de época; o el apunte de la brutal depreciación social del presente al recordar, por ejemplo, que el escolar argentino depositaba dinero en estampillas para su libretita de la Caja Nacional de Ahorro Postal; o las varias acciones que el dinero connota: dar y recibir, prestar y gastar, vender y comprar. Hay un aire de nostalgia, a veces melancólico y otras veces risible, en los episodios familiares. Y con ellos, imágenes preciadas: alcancías, moneditas de los padrinos, vueltos de almacén, billetes que dejan los ratones por los dientes caídos, el Plata y la plata y el zahir de Borges, hostias que se amonedan en las bocas, heces de los niños que simbolizan el oro, el "don de acumular que despilfarra lo deseado". El efecto no es monumental o memorialista, sino ligero o irónico y, casi siempre, epifánico.

Potlatch habla de la lúdica gratuidad de la belleza, de la dádiva del oro de la infancia en la memoria del poema. De notable resolución estética, es menos un libro de poesía que otro don del lenguaje.

lunes, 10 de mayo de 2010

Arturo Carrera



Arturo Carrera nació en Pringles, provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1948. Cursó estudios de Medicina y Letras en la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado más de veinte libros de poesía. Destacan entre ellos, Escrito con un nictógrafo (1972), Oro (1975), Arturo y yo (1983), La banda oscura de Alejandro (1994), El vespertillo de las parcas (1997), Children’s corner (1999), Carpe Diem (2004), Potlatch (2004), La inocencia (2006) y Las cuatro estaciones (2008). Este último libro fue merecedor del premio al mejor libro de poesía hispanoamericano del bienio 2007-2009 del Festival de la Lira, Cuenca, Ecuador, 2009. Su Tratado de las sensaciones (Pre-Textos, Valencia, 2002) fue elegido por El País como el mejor libro de poesía del año. Otras distinciones incluyen el Premio Konex (2004), el Primer Premio Municipal de Poesía (1998), el Premio Nacional de Poesía M. Kohen (1985), la Beca Antorchas (1990) y la Beca Guggenheim (1995). Sus ensayos se han recopilado en los volúmenes Nacen los otros (2001) y Ensayos murmurados (2009). Ha traducido a Mallarmé, Michaux, Bonnefoy, Haroldo de Campos, Maurice Roche, Ashbery, Penna y Pasolini. Ha sido profesor invitado en las Universidades de Illinois y Carolina del Norte y en la Fundación Antorchas de Argentina. Su obra se ha traducido a diversas lenguas. Junto al dramaturgo y poeta Emeterio Cerro fundó el teatro de títeres El escándalo de la serpentina. Funda en 2006 con Juan José Cambre, César Aira, Alfredo Prior y otros artistas Estación Pringles: utopía reticular que ahora se materializa en la forma de un centro de traductores literarios, posta poética, un lugar de paso y de intervenciones múltiples.

Forrest Gander

Forrest Gander es autor de varios libros de poesía entre los que destacan Eye Against Eye (con fotos de Sally Mann), Torn Awake, y Science & Steepleflower en la editorial New Directions y la reciente novela As a Friend. Es traductor de Firefly Under the Tongue: Selected Poems of Coral Bracho, No Shelter: Selected Poems of Pura López Colomé y dos libros de Jaime Sáenz, Immanent Visitor y The Night (en colaboración con Kent Johnson). También ha editado dos antologías de poesía mexicana. Es becario del United States Artists Rockefeller Fellowship y ha recibido becas de las fundaciones Guggenheim, Whiting, Howard, y del National Endowment for the Arts, entre otros. Es profesor de literatura en la Universidad de Brown.

Roger Santiváñez



Roger Santiváñez nació en la ciudad de Piura –costa norte del Perú– en 1956. Primer premio de poesía en los IV Juegos Florales de la Universidad de Piura (1973) donde estudió Artes Liberales. Prosiguió estudios de Literatura en la Universidad de San Marcos, Lima y obtuvo un doctorado en Temple University, Filadelfia (2008) con una tesis sobre la poesía de Enrique Lihn. Participó en La Sagrada Familia (1977), militó en Hora Zero (1981) y fundó el estado de revuelta poética denominado Movimiento Kloaka (1982-1984). Cofundador del suplemento cultural Asalto al Cielo (1986) y el sello editorial del mismo nombre, así como del Comité Killka (1990) y del Centro Contracultural El Averno (1998). Fue promotor de rock subterráneo y periodista en distintos medios de Lima. Autor de Eucaristía (Buenos Aires, 2004, Premio J. M. Eguren de Nueva York 2005) y de Dolores Morales de Santiváñez, Selección de Poesía (1975-2005) (2006). Una edición restringida de Amastris (Santiago de Chile) circuló en 2007. Labranda se publicó en sucesivas ediciones (2008 y 2009) ambas en Lima, la horrible. Eduardo Milán introdujo su poesía en España con la muestra Pulir Huesos. 23 poetas latinoamericanos (1950-1965) que preparó para Galaxia Gutenberg en 2007. Amaranth precedido de Amastris (2010) fue su primer libro publicado en España en esta misma colección. Poemas suyos se han vertido al inglés, francés, italiano y alemán. Actualmente es profesor de español en Temple University y Phila­delphia University, ambas en Filadelfia.

Andrés Fisher



Andrés Fisher nace en 1963 en Washington DC. A muy temprana edad viaja a Chile, donde crece en Viña del Mar. Asiste a la universidad en Valparaíso donde toma parte activa como dirigente estudiantil en oposición a la dictadura y donde se gradúa de médico en 1988. En 1990 va a Madrid, donde inicia estudios de doctorado en Soque concluye en 1997 con una tesis crítica frente al discurso prohibicionista de las drogas publicada en 2001, tema que sigue cultivando. Paralelamente forma parte del colectivo Delta Nueve que produce publicaciones que combinan la poesía y la gráfica al tiempo que hacen presentaciones y exposiciones en diversos lugares de Madrid. En poesía ha publicado Ocularmente Ávido (Vertiente, Valparaíso, 1992); Composiciones, Escenas y Estructuras (Delta Nueve, Madrid, 1997); Hielo (Germanía, Valencia, 2000, premio Gabriel Celaya) y Relación (Santiago Inédito, Chile, 2008). Desde 2004 vive principalmente en USA donde es profesor en los departamentos de Literatura Extranjera y Sociología de Appalachian State University, Boone, Carolina del Norte al tiempo que dicta talleres de poesía en Fuentetaja, Madrid. En 2009 apareció su antología bilingüe de la poesía de Haroldo de Campos, Hambre de Forma (Veintisiete letras, Madrid) y en 2010 lo hará una de José Viñals, Caballo en el Umbral, preparada en conjunto con Benito del Pliego, con quién ha traducido al inglés Blues castellano de Antonio Gamoneda al tiempo que trabajan en versiones al español de la obra poética de Gertrude Stein.

martes, 4 de mayo de 2010

Sobre la poesía de Andrés Fisher

A la espera de la próxima publicación de Series, la poesía reunida de Andrés Fisher, dejo vínculos a algunas notas críticas sobre su obra y una interesante entrevista. Tanto Relación como Hielo se han incluido en la nueva publicación junto con material inédito y textos anteriores.

Entrevista con Julián Gutiérrez:
http://hotel-nube.blogspot.com/2008/05/entevista-andrs-fisher-poeta-de-la.html

Benito del Pliego escribe en 7de7 sobre Relación, editado en Chile: http://www.ladamaduende.org/textos/Hielo.pdf

Reseña de Hielo por Julieta Valero en La dama duende: http://www.ladamaduende.org/textos/Hielo.pdf

María Paz Moreno escribe sobre Relación en el Periódico de poesía de México:
http://www.periodicodepoesia.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=1228&Itemid=77