martes, 13 de diciembre de 2011

Eva Chinchilla lee en La huelga, miércoles 14/12/11

Eva Chinchilla
"Desconocer"
XII convocatoria de
El ojo en la cerradura
Miércoles 14 de diciembre de 2011, 21hrs. Bar La huelga, c/ Zurita 39.
ciclo mensual de poesía que se propone arrojar luz sobre el microcosmos íntimo y creativo que se esconde detrás del trabajo de la poeta invitadaCoordinado por el colectivo de poesía Lavarca Ebria
Eva Chinchilla ha publicado verbo rea (2003) y participado en antologías como Hilanderas (Amargord, 2006) y Diosloscría(plaquette no venal, 2008). años abisinios es su segundo poemario. Forma parte del consejo editorial de la revista de poesía Nayagua que edita la Fundación Centro de Poesía José Hierro y de Ophelia, revista de teatro y otras artes. Desde 2002 prueba y disfruta –siempre en colaboración con otros artistas y a menudo bajo el sobrenombre de evachin– con el vínculo entre poesía y otras artes. Es integrante de ZCTZ, zírculo inestable de tiza. Combina escritura con algo parecido a la docencia: talleres de poesía, escritura creativa, arte y palabra. Nació en Madrid (1971).

jueves, 8 de diciembre de 2011

Reseña de El Camino Ullán de Eduardo Milán




Reproducimos aquí la reseña que ha escrito el poeta Jorge Olivera, autor de Kayac y otros poemas, sobre El camino Ullán seguido de Durante de Eduardo Milán y que ha sido publicada originalmente en la Revista de Cultura Latinoamericana GUARAGUAO #37, otoño 2011.
En este número también se incluyen una nueva traducción de Haroldo de Campos y poemas inéditos de Andrés Fisher, autor de Series, poesía reunida, y un estudio sobre la situación de los poetas latinoamericanos en España por Benito del Pliego, constante colaborador de la colección Transatlántica y autor del recientemente aparecido Índice junto al artista chileno Pedro Núñez.



El lector es un sabueso de la lectura
Jorge Olivera

Dos aspectos en apariencia contradictorios cifran esta lectura crítica del libro El camino Ullán. El primero de ellos y quizás el más conocido es el que sitúa a Eduardo Milán (Rivera, Uruguay, 1952) como poeta dentro de la tradición hispanoamericana; el segundo es la escasa acogida que su obra ha suscitado en el conjunto de la crítica académica. La primera cuestión reviste aristas contradictorias en el sentido de que, pese a la obra escrita, a su contundencia y a su trayectoria, Milán es escasamente conocido fuera del círculo de los lectores de poesía. El segundo punto tiene relación con la escasa atención crítica que existe en relación a su obra y que se relaciona con el primer aspecto. Digo que son en apariencia contradictorios porque pese a que Milán es un poeta conocido es también un desconocido para muchos. Ese desconocimiento quizás radica en una incomprensión básica de la cual parte su poesía: se trata de una poesía de pasajes que buscan su lugar en la lengua.
El camino Ullán es un homenaje y una devoción (al poeta español José Miguel Ullán, fallecido en 2009), un agradecimiento y un reconocimiento, pero es también, una poética posible dentro de la gran variedad de opciones en la poesía contemporánea. El libro sigue la huella de aquellos que, como el autor, buscan esta senda de la poesía contemporánea: un discurso poético que revisa la meta escritura de sí misma y que apela a un cuidado formal. Se trata de una poesía que exige un trabajo sobre la lengua, un seguimiento de cerca de aquellos aspectos que hacen al texto relevante y que le dan una identidad propia. No puede decirse que sea una poesía formal en sentido estricto sino que el cuidado formal (en la lengua, en el fraseo, en los cortes) es la manera adecuada de comunicar. Por tanto, la condición básica de esta poesía parte de un desafío al lector: entrar en ese nivel de lengua que se construye dentro del poema como un mundo propio, autorreferencial por momentos, pero nunca desvinculado de su referente lejano.
Milán escribe desde un lugar que no está y sólo es lengua. El lugar en la poesía de Milán es la lengua, es decir, lo que uno es, o lo que se quedó allá lejos, en la frontera entre Uruguay y Brasil. Este tema aparece en el primer texto del libro: “sauce del bueno”, “intenso cuando llueve sobre el campo/ huele a conocido”, “olor donde ninguna fecha pastorea” (17) dice Milán, y son expresiones propias de aquel lugar. De esta manera la poesía hace anclaje en la identidad que desgrana ese lenguaje como “sauce del bueno” o la expresión, “huele a conocido”. La poesía para Milán es también el olor de la palabra, la que fue, no la que es ahora, porque Milán habla desde ese lugar de la lengua donde se inició todo, allí en un pueblo de la frontera: Rivera-Livramento o el rastro de Tacuarembó.
La lengua permea el discurso poético y entra en el significante primero y después en el significado para conectar con otro lugar, también de la lengua, el que marca el camino Ullán, poético éste: una huella a seguir. Este verso, esta meta escritura, este darse vuelta sobre sí misma, es la voz de Milán: “señales indican que la obra tiende a borrar su origen, afirmarlo/ cuando lo borra/ borra el fondo de la taza” (17). Borrar el origen y afirmarlo: se trata de vivir en esta dicotomía que es parte de la poesía de Milán. Pero también es una forma de conectarlo con el otro origen, el de su línea poética (Mallarmé, Vallejo, Paz) y los otros que como él borran y afirman en el lenguaje: se encuentran en él (Joyce). Esta huella que sigue la obra es la mancha que desde el “origen sigue a la obra por su destino” (17).
La poesía para Milán requiere una lectura asociativa: la verdadera construcción de un paradigma lingüístico, o lo que él sostiene en otro texto: “un poema siempre es un pasaje. Un pasaje donde siempre aparece el cruce de caminos” (Un ensayo sobre poesía, 12). Es este estado de suspensión en el que el poema conecta con el lector donde se encuentra el lugar de la lengua, del poema: “En la jerga actual, la del habla, no la del suelo/ todo se simplifica: no hay obra/ ese punto que se fija, momentáneo, inquieto por el tiempo/ no se pone en movimiento por el tiempo, a través hasta encontrarte a ti” (18). La dificultad se encuentra en cómo entrar en ese lugar del habla, de la lengua, del lugar de la memoria. Entrar en la poesía del poeta uruguayo es una búsqueda de los pasajes (idea ya sugerida por el autor en el ensayo mencionado): se trataría de buscar los conductos de intersección donde se cruzan los caminos para entrar en la suspensión ideal que el poema suscita.
La lengua es origen y es la forma de construir la “querencia”, lo que no se tiene, la orfandad de lo perdido que es sólo memoria. Por otro lado, también el yo es el sabueso que rastrea la huella del otro, en el camino Ullán. Es el perro que rastrea, escribe, decodifica y somos con él, seguimos la huella de la pesquisa tras el perro: “el afecto que en su falta aúlla” (22), “uno de los tantos que hoy aúlla/yo, efecto de coyote” (22). Todo esto conduce al lector a ese lugar que deviene a través de la lengua: “No sacar de la voz sino cavas en la voz, la dejas en oculta/ medianoche a campo abierto, luna sobre esqueleto de vaca” (23).
El camino Ullán es también un agradecimiento y una poderosa herramienta de rememoración, un casi intangible ubi sunt de agradecimiento al poeta español. La huella se expande por la página para que el sabueso/lector sepa, conozca y pueda seguir el rastro: “no se degrada nada en la palabra” (25), “sin fundar una comunidad que necesita leyes, latas, palenque” (25), “alma de seda en cuerpo de arpillera/ lo demás, alpargata” (24), palabras con sema propio que conducen el olfato de la lectura: la consonancia del sonido que llega y se hace consonancia del sentido de la palabra.
Si hasta el momento el poemario es un rastreo de meta escritura, una elíptica de ese cruce de caminos que nos conduce a la lengua de origen, en otro momento la realidad y las noticias llegan al verso: Obama, la peste porcina, la gripe y ahí el texto late en otro ritmo para marcar la pauta y mostrar cómo hablar de ciertas cosas en poesía: porque la última frontera también es el lenguaje para decir lo que no es: una manera de resistencia. Pero esta conciencia del yo, esta distancia lírica con las cosas también está en la meta reflexión: “mientras esté oliendo artístico/ huele a huevo fuera de tiempo” (36). Ahí el poema baja a tierra, fotografía la realidad para trasvasarla a la lengua, a la línea del poema. Esto también es el camino Ullán, la herencia del poeta español. Se trata de una toma de posición política acerca de los asuntos humanos que trasvasan en la poesía. Esta visión queda plasmada en Durante: el poemario que sigue al “camino Ullán”. En este caso la línea del presente es un camino evocador, una constatación del verbo resistir llevado a la plenitud. Es también el ruido de fondo de El camino Ullán. Para el sabueso lector diría que es el paisaje de la memoria que acompaña el otro camino (funciona como un cuaderno de notas poéticas a la creación del otro texto). Los versos funcionan como un coro griego que transfiere otra mirada, otros caminos durante el acto de suspensión que el acto de creación poética conlleva. La pista está en el propio texto, cuando Ullán se mete entre la línea: “una cosa es la excepción de uno entre sus pares –José-Miguel/ otra es la excepción de una especie ante sí misma” (58). Es una forma de volver al presente desde la querencia.
En la poesía de Milán parece quedar en evidencia como en ningún otro caso la figura de una lengua que es muchas y es una, pero es también el devenir de quien está fuera del país (Uruguay) o está fuera del país estando dentro (México). Ubicado fuera, o mirando desde fuera, en el presente sólo la narración de lo real es factible de convertirse en grafía poética: una delimitación que también es un territorio literario. Si Durante es el durante la escritura del camino Ullán, resulta clave entender que esta soledad del poema significa también el no estar solos en la poesía: “nunca estamos solos como creemos/ a pie juntillas, tal vez no, a pocos pasos” (69). Pero escribir y desde esta perspectiva leer esta poesía, requiere de un interlocutor, un sabueso que descifre en el olfato de la letra (el código), lo que la grafía construye con esmero, la interlocución con otros: “[…] nosotros ustedes/ acompañantes, por lo pronto, en tránsito/ siempre del cordón a lo acordado, nada/ allí donde han ido mis amigos, últimos poetas/ en primer lugar José-Miguel, Salvador Puig” (69). No puedo dejar de pensar en la relación también lírica que puede existir en este territorio con la obra del poeta uruguayo Juan Carlos Macedo y sus libros titulados: Durar (I, II y III). También allí hay una querencia, un lugar de la lengua hacia el cual apunta el libro.
Quizás sean estos aspectos señalados, esta aparente oscuridad en la construcción poética, lo que restringe el acceso a una poesía que debe atenderse con más cuidado. Milán propone un lector (al cual hemos denominado sabueso) que debe decodificar estos pasajes de conexión que el texto construye. Se trata de un rastreo necesario para entrar a esta lengua trabada, este fraseo que evoca la memoria y que construye las ausencias como soportes de lo simbólico.

martes, 6 de diciembre de 2011

Se estrena composición de Sergio Blardony basada en poemas de José Luis Gómez Toré


Se estrena en el Auditorio Nacional la composición de Sergio Blardony basada en poemas de José Luis Gómez Toré prublicados en el libro Claroscuro del bosque en colaboración con la artista Marta Azparren.

Festival de Música Contemporánea de Madrid, (CoMa'11)
Trece años de música de vanguardia

13 de diciembre. 19'30 h.

Auditorio Nacional de música, c/ Príncipe de Vergara, 146


Andrés Salado dirigirá a la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid en la fiesta de la música contemporánea madrileña. El concierto se abre con una obra de estreno para recitación, orquesta y electrónica, con textos del poeta José Luis Gómez Toré*, Paul Celan y Martin Heidegger, de Sergio Blardony. Continúa con una composición de Valentín Ruiz y tres estrenos más, de Juan Carlos Cuello, Álvaro Guijarro y una pieza con reminiscencias poéticas de Eduardo Lorenzo.





*Texto basado en el libro Claroscuro del bosque de Marta Azparren y José Luis Gómez Toré (Ed. Amargord).

jueves, 1 de diciembre de 2011