lunes, 30 de septiembre de 2013

"Larva seguido de Cerca" de Pilar Fraile en Culturamas

 
Mónica Francés ha escrito una reseña de Larva seguido de Cerca de Pilar Fraile Amador para Culturamas. ¡Gracias!

domingo, 22 de septiembre de 2013

"Disolución del nocturno" de Ildefonso Rodríguez en el Diario de León


José Enrique Martínez ha escrito una interesante reseña sobre Disolución del nocturno de Ildefonso Rodríguez para el Diario de León.

Cada libro de Ildefonso Rodríguez nos habla del rigor y del poder de la escritura. En Disolución del nocturno nos da pautas de lectura el propio poeta. La escritura enmascara su objeto, nos dice, por lo que tanto la escritura como la lectura es palimpséstica: arañar la superficie para percibir las huellas ocultas. «La madeja de los sueños como una autobiografía», enlazando con los relatos de Son del sueño, de 1998. «Libro de injertos, híbrido» le llama el autor; fragmentario, por lo tanto, con textos que se van agregando al tronco inicial; texto que es mixtura de textos diferentes. Es el campo de maniobras en el que mejor ejerce su libertad creadora Ildefonso Rodríguez. Añadamos que son prosas, pero prosas que atañen, además de a los sueños, a la poesía, entre otras posibles opciones.
Al enfrentar al durmiente al despierto (uno y lo mismo), se contrasta la aparente lucidez del segundo con la huella que en él deja el dormido, lo difuso con la necesidad de fijarlo en la escritura. Esa fisura, vínculo o grieta es el espacio de la escritura en su afán de suturar lo disímil. Si hacemos caso al escritor, el despierto (contable o amanuense) escribe con relatos de apariencias, con hilachas de los sueños del dormido: rostros que vuelven de un tiempo perdido, figuras del hondón del inconsciente que componen «la marea de lo incierto», historias sin desarrollo, truncadas acaso: «En el redondel del tiempo que es su noche, nada tiene un comienzo o un fin claros». Figuras que forman parte de la ficción, simulacros como le gusta decir al escritor.
Asistimos a un viaje del durmiente para reencontrarse con vestigios de su pasado, que resulta ser, en su inexistencia, el vacío. Esto y más es lo que anotó el contable, se señala. El resto son fragmentos. Y el resto son otras tres partes: frases que se cruzan entre el dormido y el despierto, palabras que alguna vez sonaron en el oído de uno y de otro, evocaciones de películas en los cines con más tradición de la ciudad (Mary, Avenida, etc.), sugerencias de soñador y soñado que finalmente se han confundido. Este prontuario de los sueños que es Disolución del nocturno termina con reflexiones muy afiladas sobre ellos: la temática (la contradicción, la metamorfosis, la identidad, etc.), y la afirmación de que relatar un sueño es inventarlo, enviando el relato, pues, al campo de la ficción, donde opera la escritura, esta escritura tersa y esforzada en precisar lo impreciso.