Natu Poblet ha entrevistado a José Manuel Lucía Megías sobre su nuevo libro para el programa radiofónico Leer es un placer que se emite desde la mítica librería Clásica y Moderna de Buenos Aires.
Pueden escuchar el audio aquí o leer la transcripción de un fragmento de su conversación más abajo:
Y se llamaban Mahmud y Ayaz de José Manuel Lucía Megías: un libro de poemas que denuncia la injusticia y nuestro silencio
El 19 de julio de 2005 fueron ahorcados en M...ashad, ciudad al norte de Irán, Mahmud Asgari y Ayaz Marhoni, dos jóvenes de unos 17 años, por ser homosexuales. No era la primera vez ni fue la última. Pero tres fotos, en que se les veía llorando en la furgoneta que les llevaba a la plaza pública, la salida a la calle vendados y el momento anterior a su ejecución, dieron la vuelta al mundo levantando una oleada de indignación y de rechazo. Pero muy pronto todo se olvidó. En noviembre de 2005, otros dos jóvenes homosexuales fueron ejecutados y en octubre de 2007, el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad declaró en la Universidad de Columbia que en Irán “no hay homosexuales”.
Con estos datos, con la sombra de las miles de grúas levantadas en Irán para ajusticiar en las plazas a miles de hombres, mujeres y jóvenes, José Manuel Lucía Megías ha escrito un libro de poemas “Y se llamaban Mahmud y Ayaz”, que se presentará el 22 de enero en la Biblioteca Lope de Vega de Tres Cantos, con las voces de los actores del grupo de Teatro Aldaba.
Pregunta: No es normal en estos tiempos escribir un libro de poemas de denuncia, ¿qué le movió a escribir “Y se llamaban Mahmud y Ayaz”?
Respuesta: Sí, es cierto, parece que la poesía ya no es el lenguaje habitual para denunciar las injusticias de nuestro presente, pero no siempre ha sido así y no tenemos que negarnos esta posibilidad. La poesía, como todo lenguaje literario, permite algo que al lenguaje periodístico le está vedado: la atemporalidad. “Y se llamaban Mahmud y Ayaz” nació como un grito de rechazo, un grito de odio, un grito de denuncia ante las injusticias que día a día se comenten en Irán (y en otras partes del mundo); pero no quería quedarme en el grito, en la denuncia del crimen que se cometió y que hoy en día se siguen cometiendo. Mi mirada y mi voz quería servir a otro propósito: denunciar nuestro silencio, nuestro silencio cómodo, nuestro silencio necesario para que estas barbaridades se sigan realizando. “Y se llamaban Mahmud y Ayaz” es un homenaje a los dos jóvenes que murieron antes de comenzar a vivir, y fueron condenados a la muerte por querer vivir una vida de amor; pero “Y se llamaban Mahmud y Ayaz” es también un canto al amor, al amor que nos da la vida y, al mismo tiempo, una denuncia por nuestro silencio cómplice.
P. El libro lleva el subtítulo “Seis voces en el silencio”… ¿De dónde proceden estas seis voces?
R. El libro se conforma estructuralmente como un puzzle. Quería acercarme al tema del asesinato de los dos jóvenes desde diferentes puntos de vista. Y aquí están las seis voces. Seis voces que cuentan historias. La voz, que podría definir como periodística, que narra lo hechos; y alrededor de ella, voces que cuentan historias: la propia historia de Mahmud y Ayaz en la horca, en sus últimos momentos de vida, pero también las voces de tantos hombres que han muerto en vida por abandonar el amor o que saben que su final no puede ser otro que la muerte en la horca por no poder ni querer renunciar a su amor. Voces de celebración. Voces de sueños. Voces de desencuentros. Voces de denuncia.
P. ¿Qué ha supuesto este libro en su carrera poética?
R. Cada libro que he escrito, y que ya van por ocho, tienen detrás una historia, una experimentación. Si algo hay en todos ellos de unión es el deseo de buscar los límites de la poesía en un momento en que este lenguaje está tan alejado de la gente, tan poco prestigiado (y eso que vivimos unos de los momentos de mejores poetas en lengua castellana). En “El libro de horas” me atreví a mezclar técnicas narrativas con la poesía, en “Prometeo condenado” y “Tríptico” hizo lo mismo con el teatro (muchos más cercanos, por otro lado), en “Cuaderno de bitácora” con los relatos de viaje… y ahora con “Y se llamaban Mahmud y Ayaz” con el lenguaje periodístico y con el juego teatral: el lector encontrará seis voces, pero será él el que tiene que montar la historia, organizar las piezas y lo hará según sus propias vivencias, sus propios sentimientos. Y sobre todo, con ese “silencio” que hace posible que la injusticia siga siendo posible en el mundo, dado que estamos demasiado acostumbrados a mirar hacia otro lado.
P. Y por último, ¿qué se encontrarán los espectadores cuando vayan a ver la presentación de “Y se llamaban Mahmud y Ayaz” en la Biblioteca Lope de Vega con el grupo de teatro Aldaba?
R. Se encontrarán un milagro: el milagro de dar voz a quien no la ha tenido; el milagro de cerrar los ojos e ir sintiendo como esas voces perdidas en el recuerdo, en las hemerotecas todavía siguen vivas. Y lo hacen gracias a la literatura. Y lo hacen gracias a nuestra memoria. Sueño con que los lectores de “Y se llamaban Mahmud y Ayaz” se hayan planteado dudas, haber despertado alguna conciencia después de la lectura del libro; y mucho más después de haber asistido a la lectura dramatizada de los poemas, según la propuesta del grupo Aldaba Tres.
Más información:
Portal en Facebook:
https://www.facebook.com/YSeLlamabanMahmoudYAyazlibroDePoemas
Entrevista en “Leer es un placer”
http://www.ivoox.com/jose-manuel-lucia-megias-y-se-llamaban-mahmud-audios-mp3_rf_1641509_1.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario