martes, 29 de noviembre de 2016

PB30 - David Trashumante - TÓPO



PB30 / 82 págs.

Cuando un sonido se inmola; la amnesia entra en combustión, la nada se muestra protegida por paredes y muros, encontramos entre caries un fonema, y cuando un artículo vive y deambula sin cartílagos, las palabras se exhiben vaciadas de carne, y la noche satura de negro al pensamiento, cuando ello ocurre, es que hemos entrado a recorrer y deambular por el Tópo de David Trashumante. En él, las imágenes estallan en múltiples páginas, y nosotros con ellas. Ello hace que tengamos que ponernos de pie de nuevo, una y otra vez, para continuar el recorrido. Un recorrido que no es rectilíneo, sino que se mueve en todas direcciones y está plagado de cruces en los que no hay indicación alguna. El poema que encontramos en el Tópo es un cantar de gesta que a veces nos conduce hacia adelante, en otras nos desvía a derecha o izquierda, y a veces incluso nos invita a volver hacia atrás para volver a ver, con otros ojos, lo que creíamos haber visto con claridad. Así lo observo: como un recorrido plural y entrecortado; como si las palabras necesitaran vaciarse a cada paso, para volverse a llenar de nuevo. Se trata aquí de cortes irregulares, más cercanos a la experiencia de vida; y es que en ésta, si la regularidad se combina con la irregularidad, ésta última es la que predomina, a fin de impulsarnos al movimiento. Así ocurre con las imágenes del Tópo: que se mueven, y lo hacen en dirección a lo desconocido; a ese desconocido que, sin duda, constituye la esencia de toda poesía.

Bartolomé Ferrando

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