jueves, 26 de diciembre de 2013

Alberto García-Teresa reseña "Onda expansiva" de Pedro Provencio


El poeta y crítico Alberto García-Teresa ha escrito una excelente reseña sobre Onda expansiva de Pedro Provencio en La República Cultural.


Alberto García-Teresa – laRepúblicaCultural.es
El dolor como semilla, como impulso para reconstruir la destrucción de la vida, constituye la piedra angular de este brillante poemario de Pedro Provencio.
El libro se compone de 191 textos, uno por cada una de las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004. Es la voz de esas personas quienes enuncian los poemas. De todos y cada uno de ellos, Pedro Provencio recupera su nombre, apellidos, lugar y año de nacimiento y año de defunción, y los coloca como título de las piezas. De esta forma, supone un honesto homenaje, un ejercicio de memoria para que el olvido no borre su individualidad; para que no esconda cada historia.
Cada texto se compone de tres partes, tipográficamente diferenciadas: una más extensa, en letra redonda, apegada a lo concreto, con mayor desarrollo referencial; uno o dos versos entre corchetes, que suele ser una apelación; y una estrofa final, en letra cursiva, en la que se expone alguna conclusión o reflexión de carácter más general y filosófico. Esos versos aparecen interrumpidos, amputados, fragmentados, tal y como han quedado los cuerpos y las vidas de las víctimas y de sus allegados (pues la onda expansiva afecta al entorno social) por las explosiones. Por tanto, las bombas afectan a la palabra, al discurso. Esa amputación también es argumentada por el propio Pedro Provencio en estos términos: “Si además la agresión ha sido inspirada en cualquier forma de misión trascendente, quien muere se queda para siempre con un gesto interrumpido de ir a decir algo”.
El escritor recoge la tragedia y el drama sin impostura. Con un tono sobrio, contenido, disponiendo algunos elementos reiterativos en los diferentes poemas y haciendo uso de una sorprendente diversidad formal, Pedro Provencio consigue una obra notable. Destaca la potencia y la resonancia de su concisión, que logra versos memorables. Sabe ser elíptico, y manejar con destreza la abstracción. Así, ningún poema habla de los hechos concretos; no existe alusión específica al 11-M (datos, circunstancias) más allá del nombre de las víctimas, salvo el dolor, la provocación de la muerte y demostrar la inconsistencia moral de los argumentos religiosos. Efectivamente, el cuestionamiento continuo de qué supuesta voluntad divina es la que dirigió esas muertes consiste en uno de los pilares del volumen. Se manifiestan las contradicciones entre esos credos y las prácticas asesinas, pero no se busca la descripción de unos sucesos ya bien conocidos por los lectores.
En definitiva, Onda expansiva se trata de un poemario grave, muy duro, pero imprescindible para no disfrazar nuestra humanidad, realizado mediante un riguroso ejercicio lingüístico y conceptual.


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