Reseña de Ana Gorría aparecida en la página 38 de la edición impresa de Público del sábado 30 de enero de 2010. Aquí el vínculo al archivo completo de la edición de ese día en PDF:
domingo, 31 de enero de 2010
de la ola, el atajo en Público
Reseña de Ana Gorría aparecida en la página 38 de la edición impresa de Público del sábado 30 de enero de 2010. Aquí el vínculo al archivo completo de la edición de ese día en PDF:
Entre escuchas, pérdida
http://instruccionesparaabrirunacajafuerte.files.wordpress.com/2009/07/entre-escuchas-perdida-digital.pdf
es una publicación gratuita, en formato plaquette desplegable, que aún se encuentra en librerías.
Es aquí donde Milán hace un bello y radical planteamiento sobre lo que significa la poesía:
“Hay que pararse ante los oidores [...] y decir: «La poesía es pérdida. ¿Quieres perder?» El que queda, te lee”
martes, 19 de enero de 2010
El camino Ullán en el Centro de Arte Moderno - 29/01/10

jueves, 14 de enero de 2010
Eduardo Milán en España, enero 2010

martes, 12 de enero de 2010
Imágenes de Guadalajara 2009
Raúl Zurita en La Tercera
VETERANO DE GUERRA
Raúl Zurita lanza en España Cuadernos de guerra
Por Andrés Gómez Bravo
La Tercera, Domingo 3 de Mayo de 2009
El poeta y premio nacional de Literatura acaba de terminar el proyecto en el que ha trabajado los últimos años.
No ha dormido en toda la noche. Dice que está en un torbellino. Raúl Zurita se encuentra en Boston y debe tomar un vuelo a Austria. Pero el vértigo que siente no tiene que ver con ello, sino con su obra: acaba de terminar el proyecto en el que ha trabajado los últimos años, un grueso volumen autobiográfico titulado Zurita.
"Son exactamente 702 páginas. Mi sensación oscila entre la máxima exaltación y la perplejidad: ¿Quién realmente escribe esas cosas? ¿Quién se mete dentro de uno? ¿O es tu muerte futura la que habla?".
Desde enero Zurita estaba de profesor visitante en Boston. Participó en lecturas y presentaciones de sus libros en inglés, con gran recepción: Purgatorio, publicado por University of California Press; Inri, editado por Merick Press, y Canto a su amor desaparecido, próximo a ser lanzado por Action Books. Además, terminó de escribir su "obra gorda". Autobiográfica, combativa y sin concesiones, ha publicado parte de ella en Los países muertos, In memoriam y Las ciudades de agua. Ahora entrega Cuadernos de guerra.
"Cada ser humano es testigo de un estado de destrucción permanente, de una violencia generalizada", dice. "No es sólo la violencia de hombres contra hombres, es esa infinita violencia cósmica que se ensaña con un cuerpo, que lo tritura y que se llama vejez. Cuadernos de guerra es la anotación de esa violencia. Pero también tiene para mí algo muy cómico, algo estereotipado, es un título a lo Malraux. Desde hace años me río mucho cuando escribo", asegura.
EN RUINAS
En Cuadernos de guerra Zurita vuelve a trenzar la historia colectiva y la personal. Aparecen su madre, su padre, sus parejas, su detención en el carguero Maipo, así como los militares, la Dina y los torturados. Hiroshima, Auschwitz y las Malvinas.
Beethoven tratando de dirigir el viento y Pinochet haciendo un discurso. "Pinochet era pavorosamente cómico. En uno de los poemas, unas fotografías gigantes con su retrato cuelgan de los acantilados frente al Pacífico y los barcos que pasan por allí se preguntan: ¿y quién mierda es?".
En el libro domina la imagen de la devastación. Chile es un país en ruinas. Y Zurita lo ve así: "Mire a su alrededor: ruinas sobre ruinas; una clase política en ruinas, con candidatos a la presidencia en ruinas, una literatura en ruinas, sin ambición, demolida, y la excepción de Zambra no alcanza a remediarlo, la peor de Latinoamérica, un arte en ruinas, una sociabilidad en ruinas. Se transó demasiado como para salir impunes", afirma.
En el volumen también hay espacio para la ironía: Zurita le dedica versos a Bob Dylan y cita, así, la acusación de plagio que recibió en los 80. "Las acusaciones de plagio, el pasatiempo de los insignificantes", dice. "Dylan aparece escribiendo unos poemas sobre las cordilleras de Chile, es mi sentido del humor, tal vez el único que se ríe con él soy yo y eso, me imagino, es como tener un humor post mortem".
Y no es el único episodio: también está Bolaño escribiendo con aviones en el cielo. Se sabe: el autor de Los detectives salvajes se basó en Zurita y su escritura en el cielo de Nueva York para escribir Estrella distante. Claro que allí el poeta es partidario de Pinochet.
"Ah sí, en los Cuadernos... aparece un tipo, el hepático Bolaño, que escribe poemas en el cielo. Pero lo de Estrella distante no me molestó en absoluto, son cosas que no guardan ninguna proporción, pertenecen a dos universos, estos sí, demasiado distantes", dice Zurita. "Lo que Bolaño escribe es a lo más una novela menor con todos los convencionalismos del género, y las escrituras en el cielo son algo absolutamente inédito, que amplía el campo de lo que entendemos por escritura, por arte, por mirada".
Con su proyecto Zurita, el poeta cierra el ciclo que abrió con La vida nueva. "Son libros gemelos. El delirio es seguramente el mismo, pero este libro es el anverso de La vida nueva, es su cara despojada e imagino, ya al borde de los 60, irremediable".
Su próximo paso es la escritura en los acantilados del norte de Chile. "No sé si podré o alcanzaré a hacerla. Yo creo que sí. Pero si no fuera así, no deja de emocionarme saber que esas imágenes morirán conmigo, que sólo yo y Paulina las habremos visto por el amor en toda su demencia y belleza.
Reseñas Cuadernos de Guerra / Raúl Zurita
Por Pedro Gandolfo
Revista de Libros de El Mercurio
Domingo 6 de Diciembre de 2009
La poesía de Cuadernos de guerra posee una coherencia interna que le proporciona una desgarradora solidez. No es la coherencia del sentido común, ni de la gramática ni de la lógica formal o matemática, sino, más bien, el rasgo de una composición musical, de una fuga quizás, en que ciertos motivos se repiten y remiten variados, en secuencias, se persiguen e infiltran unos en otros, se superponen y suman. Así, el último poema del libro -"Cielo abajo"- parece la conclusión de un irrefutable silogismo que obedece a un orden de razones tan inasible como poderoso. Hay una verdad esencial que no es posible desmenuzar, pero que es extrañamente patente y potente. Quizás es en aquel poema final donde aparece, por única vez, la palabra que sirve de eje y clave de su urdimbre lírica: humanidad.
Raúl Zurita elabora en Cuadernos de guerra un discurso poético de gran aliento moral al extender nuestra responsabilidad (con una sutil conciencia, lucidez y amor) a todos los hombres, a los vivos, los muertos y las generaciones futuras, a la naturaleza y al hombre, a los prójimos y a los lejanos: "Son infinidades de niños, mujeres y hombres que saltan abrazándose con/ los ojos enrojecidos, hijo cargando a sus padres/ en las espaldas, generaciones, pueblos enteros/ que avanzan fundiéndose en el río de la barrosa,/ llorada humanidad que emerge gritando".
El tópico clásico ( Homo sum, humani nihil a me alienum puto ) es revitalizado y puesto al día a través de una secuencia de operaciones del lenguaje emotivas, perturbadoras y altamente significativas. La principal, que sustenta al poema produciendo efectos de hermosa perplejidad y vértigo, es "el desdoblamiento" que experimenta el poeta mismo, el cual es Raúl Zurita (con su biografía y su familia) y, a la vez, no es Zurita, es otro, un niño que estuvo en Hiroshima o es el piloto que lanzó la bomba sobre esa ciudad o el habitante de cualquier otro mundo arrasado en cualquier otra época, es el hijo y también el padre. Esta inestabilidad, esa frágil pertenencia de Zurita "a su mundo de acá" es, a su turno, la fisura que lo comunica con el mundo de todos, mundo en permanente éxodo, en fuga, en huida de la catástrofe y de la guerra. Si hubiese un mensaje que este excelente poemario pone de manifiesto es el de la perenne y oculta proximidad y contemporaneidad de todo: Zurita y la niña Yazuhiko, Valparaíso e Hiroshima, Israel, Japón y Chile, usted y yo. El poeta ve, más que "correspondencias", copertenencias en un mismo y trágico destino personal e histórico, en el cual va quedando, por cierto, envuelto también el lector: la poesía de Zurita no sólo dice, sino que también actúa.
En Cuadernos de guerra reverberan transfiguraciones y metamorfosis pero que no se fijan y petrifican, sino que siguen el temblor y fluctuación del texto poético: en "Little boy" (4), el poeta-niño regresa del colegio cruzándose con grupos cada vez más numerosos "con horribles quemaduras y labios derretidos" (porque las bolas de nieve de una inesperada nevazón en Santiago se van convirtiendo en piedras y fuego), pero encuentra su casa en pie -la única- y a su abuela y madre que lo esperan sonrientes: "Me pregunta que cómo estuvo el colegio. Siento en mis ojos el flujo/ inmemorial de las lágrimas y lloro con frío abrazándola". En cambio, al final, el niño, en segunda persona ahora, señala: "Tú también gritas, tú también chillas pegado a la/ ventana de una casa en medio de la tierra/ devastada. Empapado golpeas con desesperación/ los vidrios y los cantos resuenan cada vez más/ fuerte. Tu madre se acerca a la ventana con el/ niño de días en los brazos y mira, sus ojos/ se cruzan con los tuyos. No te ve. No puede mirarte".
Uno de los aspectos que se deben considerar en este poema es su prodigioso ritmo, el cual no sólo se plasma en cada verso (cortes, acentos, alargues y demoras propios de la voz poética de Raúl Zurita y que aquí de nuevo son reconocibles), sino en la composición del poema entero, cuyo orden, reiteración y variación de motivos está dispuesto con precisión y, a la vez, originalidad. Una de las imágenes mayores -un "tropo" interno de la obra- es la del mar que se abre y el posterior éxodo: "las espumeantes murallas/ se elevan dejando ver entre ellas la lejana línea del/ cielo/ y abajo los contornos de la interminable/ multitud que avanza poco a poco, con torpeza,/ como si caminasen sobre los restos de una ciudad/ completamente arrasada". Esta imagen, de origen bíblico, es intensa y gradualmente elaborada en el poema, de modo que se puede ir leyéndolo mecido y estremecido por su universalidad moral y por el vigor de su fuerza expresiva.
Reseña de Francisco Cenamor
http://franciscocenamor.blogspot.com/2009/12/articulo-de-francisco-cenamor-sobre-el_16.html
Cartel y Comunicado de Prensa FIL Guadalajara 2009

lunes, 11 de enero de 2010
Invitación a la FIL de Guadalajara 2009


Lectura Transatlántica
Ediciones Amargord tiene el agrado de invitarle a una lectura de los dos primeros libros de su Colección Transatlántica de reciente publicación en España:
Valerie Mejer lee de la ola, el atajo
Raúl Zurita lee Cuadernos de guerra
Domingo 06 de diciembre 2009 - 18:00
Salón Alfredo R. Placencia, Planta alta
Expo Guadalajara
Eduardo Milán
Eduardo Milán nació en Rivera, Uruguay, en 1952. Por motivos políticos se exilió en 1979. Residente en México, fue miembro del consejo de redacción de la revista Vuelta y del Sistema Nacional de Creadores de Arte (FONCA). Entre sus ensayos destacan Una cierta mirada (1989), Resistir, insistencias sobre el presente poético (FCE, 2004), Justificación material, ensayos sobre poesía latinoamericana (2004) y Ensayos unidos, poesía y realidad en la otra América (Antonio Machado libros, 2011). Su obra poética hasta 1999 se encuentra reunida en Manto (FCE), su poesía es constantemente publicada en diversos países de Hispanoamérica y cabe mencionar, dentro de sus entregas recientes disponibles en España, El camino Ullán seguido de Durante (nº3 de la Colección Transatlántica, Amargord, 2009), Solvencia (Biblioteca Sibila, 2009), Disenso (FCE, 2010) y Desprendimiento (Leteo, 2011). Una selección de su poesía traducida al inglés está en prensa en Gran Bretaña.
T3 - Eduardo Milán - El camino Ullán seguido de Durante
entre, lo que cuenta –lo que narra en realidad
corto, amplio en cambio, suelto vuelo de gaviotas
puerto a buen recaudo de tormenta, Montevideo
en cambio el cuento corto se abre hacia el mar
el cuento –el de arriba- al “érase una vez”:
“Nos han dado la tierra”, “La noche boca arriba”, “El hombre”
hay muchos “El hombre”, padres felices, hijos tristes
“Nos han dado la tierra” no queda, salvo el original
que aquí se menciona -en la extrema izquierda arriba-
menos “La noche boca arriba”: hay que verla más de arriba, sin dioses
entre aquí y allá el Atlántico, silencio de palabra
Marcos Canteli
Valerie Mejer
T2 - Valerie Mejer - de la ola, el atajo

Prólogo de Raúl Zurita
Ediciones Amargord, Madrid, 2009
FINAL INFELIZ
Viven ahí, desplumados
el pájaro inmundo y el amor humano,
con la cara en el visillo y el azul en carga,
rota la estrategia tantas veces ensayada.
Sentimental la luz: años después de la venganza.
Hierven los polos, la madre se hunde
y por pasillos de hijos y cal subirá el agua.
Muertos los osos, será el fin, casa por casa.
La escritura de Valerie Mejer se aleja del (ya tradicional) verbo inasible que a veces nutre y a veces envenena a la joven poesía mexicana. de la ola, el atajo se dirige, sí, a lo trascendente, pero no con oratoria sino en forma de diálogo: de tránsito –como bien lo indica el título de la obra. No es raro que, en algunos pasajes, al lector le embargue el vértigo de estar leyendo “poemas de aventuras”. Pero esta vocación narrativa resulta exquisitamente atemperada por otros dos extremos estilísticos: una referencialidad colorista, casi extática, que borda con fortuna sobre lecciones de nuestro joven abuelo, Ramón López Velarde; y un ascetismo del ojo que no teme sacrificar el ritmo de un relato en aras del arrobo ante la materia revelada.
Julián Herbert
Raúl Zurita
Raúl Zurita (Santiago de Chile, 1950). Estudió Ingeniería Civil en la Universidad Santa María de Valparaíso. En 1979 creó junto con otros artistas el grupo CADA, Colectivo de Acciones de Arte, dedicado a realizar un arte público de gran formato de carácter político y de resistencia a la dictadura militar. Ha publicado Purgatorio (1979); Anteparaíso (1982); El paraíso está vacío (1984); Canto a su amor desaparecido (1985); El amor de Chile (1987); Canto de los ríos que se aman (1993); La Vida Nueva (1994); El día más blanco (2000); Sobre el amor el sufrimiento y el nuevo milenio (2000); Poemas Militantes (2000); INRI (2003); Mi mejilla es el cielo estrellado (2004); Los países muertos (2006); Las ciudades de agua (2007) y Zurita/ In Memoriam (2007).
En 1982 sobre la ciudad de Nueva York, traza el poema "La Vida Nueva" mediante aviones y sus fotografías forman parte de Anteparaíso. En 1993, de forma permanente, la frase "ni pena ni miedo" sobre el desierto de Atacama que puede ser vista desde las alturas y que finaliza el libro La Vida Nueva. Su poema Canto a su amor desaparecido, encabeza el Memorial de los Detenidos Desparecidos de Chile.
Ha recibido las becas Guggenheim y DAAD de Alemania y, entre otros, los premios Pablo Neruda (1989), Pericles (Italia, 1995), Premio Nacional de Literatura (Chile, 2000) y el Premio José Lezama Lima (Cuba, 2006). Libros y poemas suyos han sido traducidos al inglés, alemán, ruso, italiano, sueco, chino, bengalí, turco e hindi. Actualmente es Profesor de Literatura en la Universidad Diego Portales, Chile.
T1 - Raúl Zurita - Cuadernos de Guerra
ISBN: 978-84-92560-20-2
CIELO ABAJO
El último manchón del atardecer caía cuando se
abrió el mar. Cortados a pique, los dos inmensos
paredones de agua se irguieron de golpe
rompiendo el horizonte y papá nos dijo que ya
estaba, que ahora podíamos marcharnos. Unas
horas antes, por el este, los tanques habían
terminado de acordonar el ensangrentado desierto
chileno y al mirar el borde de la playa me di
cuenta de que era efectivamente una liberación: el
mar se había abierto y nuestra espera no había
sido en vano.
Raúl Zurita (Santiago de Chile, 1950) es una voz imprescindible en la poesía en lengua española. Consagrado internacionalmente por su ciclo de poemas surgido en el contexto de la dictadura, Purgatorio, Anteparaíso y La vida nueva, continúa encontrando nuevas formas de expresión en un proceso de expiación y redención donde concluye lo biográfico con lo histórico y político en un convulso y decepcionante comienzo de siglo XXI. Los elementos cósmicos del paisaje chileno se ven confrontados con ciudades devastadas de la historia contemporánea, como Hiroshima, con Auschwitz y con tantos otros espacios de abyección para el ser humano. Lo real se mezcla con lo onírico y la propia obra se vuelve a visitar desde una perspectiva amarga. Las escrituras en el cielo, pieza clave de la historia de la poesía contemporánea, se han convertido en viejas fotografías gastadas. Sin embargo, entre tanto cinismo y desengaño, Zurita no deja de proponernos el poema como una resistencia al "fracaso infernal del amor" en el lenguaje y la posibilidad de la piedad en el encuentro con el otro.